Siempre uno tiene ganas de contar lo que le pasa, lo que piensa, es algo innato, por lo menos en mí.
Posible
Lo cierto es que a lo largo de la vida voy descubriendo como he ido pasando por etapas que de una u otra forma me invitan o me coartan a contar aquello que siento y pienso.
Hace mucho que no escribo en este cuaderno y si lo hago ahora es simplemente porque he sentido las ganas de hacerlo.
Creo que es importante expresarse, pero a medida que voy cumpliendo años me doy cuenta que para hablar uno NO solo tiene que tener algo que decir, sino que además tiene que tener ganas de contarlo.
Se avecinan cambios y como siempre he pensado, ahora también pienso que serán favorables aunque parecieran no serlo.
Siempre me ha gustado ir a contracorriente en eso de la seguridad personal, proclamando incluso que el conseguir la seguridad total es lo más parecido a la inmovilidad permanente.
Y yo que siempre he sido observador que no detallista, he llegado a la conclusión temprana de que si estas inmóvil, estás muerto.
Dentro de poco, día X del 5, tocara volver a negociar con la vida.
Mentiría si dijese que espero que de esta negociación salga algo positivo para mí, lo cierto es que en verdad no lo espero, pero tengo claro que sea lo que sea será agente de cambio, y eso a mi particularmente siempre me beneficia de una forma u otra.
“La cosa” esta en reinventarse, y yo disfruto de la metamorfosis y de Kafka.
En este paseo que es la vida, mas para unos que para otros, yo apuesto por un recorrido poco tranquilo, cambiante, no exento de sorpresas y eso sí, siempre en buena compañía.
Saludos.
Cambio de Vida